La extrema derecha…

Hace unas semanas el nuevo «Jefe» (jefe no es lo mismo que líder, son cosas diferentes) del Partido Popular, el gallego Alberto Nuñez Feijóo afirmaba en un medio: “Si el PP se achica, si el PP pierde base ideológica, si el PP se hace un partido más pequeño pues evidentemente renunciamos a nuestras propias mayorías. Esto es lo que interesa en este momento a Cs, que son un partido de centroizquierda, y a VOX, que es el partido de ultraderecha de verdad. No somos nada ingenuos”. El ex de la Xunta aun no se ha dado cuenta de que para gobernar, si esta fuera una hipotética opción, tendría que elegir entre PSOE o VOX. Yo hoy apostaría porque lo haría con PSOE. El hecho de estigmatizar a VOX con la etiqueta de «extrema derecha» se le volverá en su contra más pronto que tarde.

A propósito de la etiqueta «extrema derecha», el pasado 12 de abril de 2022, Juan Carlos Girauta Vidal que fue diputado del Grupo Ciudadanos y ocupó el cargo de Presidente de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados a lo largo de la XII Legislatura de España, escribió un artículo en el diario ABC titulado «La extrema derecha» que reproduzco entero…

«No es de extrañar que, pensamiento dicotómico mediante, señalen como gran peligro a un partido que aspira a cambiar las leyes desde las leyes

Una formación de extrema derecha ataca los fundamentos de la democracia liberal sin miramientos. Vox acepta las reglas de juego de la democracia liberal, insta a aplicar la Constitución y pretende reformarla de acuerdo con el Título X de la misma. Los únicos que la están desvirtuando sistemáticamente, son las fuerzas del sanchismo

El pensamiento dicotómico o binario es una disonancia cognitiva que se puede tratar con la terapia adecuada. El problema es que no hay psicólogos suficientes. Tendrían que organizar sus sesiones ocupando todos los grandes estadios de fútbol del país, varias veces al día, durante años. Y no creo que la terapia cognitiva conductual, que es la que resuelve estas cosas, funcione con más de un paciente. Quizá un amable lector psicólogo o psiquiatra nos lo pueda aclarar vía carta al director. Por otra parte, ¿Quién iba a pagar tanto tratamiento? No ciertamente la masa aquejada por la distorsión, que ni siquiera lo sabe. Menos aún el Estado, puesto que los políticos explotan en general el pensamiento dicotómico, la visión del mundo en blanco y negro. Es muy útil en la fabricación de enemigos. Cuando el sabio Antonio Escohotado dijo en un programa de La Sexta (especializado en fomentar el sesgo que nos ocupa) que la extrema derecha era un invento de la extrema izquierda, dio en el clavo. Como siempre. Se refería, por supuesto, al aquí y al ahora, a la España de hoy. Quería decir que lo de Vox como partido de extrema derecha era una invención de Podemos, los reyes del mundo binario. Antes, la extrema derecha era el PP. En Cataluña, Ciutadans.

La estigmatización de Vox la han comprado casi todos los medios, la entera izquierda política, gran parte del PP, más los separatistas catalanes, depositarios por cierto de bastantes rasgos definitorios del fascismo. A saber: supremacismo, xenofobia, hostigamiento a segmentos de población (incluyendo niños), apelación a una nación histórica que incluiría territorios de otras comunidades y de otros Estados, una idea de nación que llega allá donde haya hablantes de su ‘lengua propia’, gusto por los concentraciones multitudinarias uniformadas (sí, aquellas camisetas amarillas uniformaban), discriminación de los hablantes de otra lengua (que resulta ser mayoritaria en Cataluña), invocación de una “legitimidad” que pasaría por encima de las leyes de nuestro Estado democrático de derecho, creación de instituciones paralelas para suplantar a las oficiales y democráticas (Assamblea Nacional de Catalunya, Assamblea de Càrrecs Electes, Associació de Municipis per la Independència, la estrambótica Casa de la República de Puigdemont, etc.). Sin olvidar unas políticas implacables y sostenidas en el tiempo tendentes a establecer la uniformidad ideológica en la Administración, entes y empresas públicas, consejos de administración de los bancos, tribunales de oposiciones, patronales, sindicatos, colegios profesionales. Y, por fin, golpe de Estado.

A eso se le podría llamar extrema derecha. Pero ¿existe un partido nacional de tal índole? ¿Vox? Veamos. Un partido tal, en la oposición o en el gobierno, practica la violencia. Hasta ahora, las concentraciones y actos públicos de Vox han sido pacíficos. La violencia la han sufrido ellos cuando los asistentes eran agredidos por grupos dedicados a reventar actos, los llamados ‘antifascistas’. Dada la simpleza de los afectados por el pensamiento dicotómico, entendemos, con cierta compasión, que su visión de la realidad no dé para más. Lo que no tiene un pase es que todos los medios de comunicación hayan adoptado su terminología y sigan catalogando como ‘antifascistas’ a los agresores y como ‘extrema derecha’ a los agredidos. ¿Realmente se ignora en las redacciones la historia del comunismo y la de su propaganda? ¿Nadie ahí sabe que el comunismo viene llamando fascistas desde hace un siglo a todos sus adversarios políticos, desde los fascistas de verdad hasta los comunistas disidentes de la línea oficial del partido?

Una formación de extrema derecha ataca los fundamentos de la democracia liberal sin miramientos. VOX acepta las reglas de juego de la democracia liberal, insta a aplicar la Constitución y pretende reformarla de acuerdo con el Título X de la misma. Pero es que casi todos los partidos del arco parlamentario desean una reforma constitucional. Y, hasta ahora, los únicos que la han derogado en su territorio, al margen de los cauces previstos, han sido los separatistas catalanes. Y los únicos que la están desvirtuando sistemáticamente, lo que significa dejarla inoperativa sin tocarla, son las fuerzas del sanchismo a través de recursos como el uso alternativo del Derecho, la coacción personal organizada contra los jueces que investigan o condenan a políticos de su cuerda, el abuso de las medidas de excepción o el reconocimiento explícito de que pretenden burlar sentencias del Tribunal Constitucional, como la del Estatut.

La normalización de los golpistas, y aun de los exterroristas (si se puede aplicar el prefijo a quien ha matado y secuestrado) se la han tragado enterita, sin sonrojo, las élites culturales. También el ‘establishment’ español, que es uno de los más desatinados y cobardes de Europa, el más dependiente de las morteradas opacas de un Gobierno alérgico a la transparencia y, desde hace una temporada, el más obscenamente adscrito al ‘virtue signalling’ o alardeo moral. No hay consigna posmoprogre que no incorporen a su publicidad y a sus posicionamientos personales. Del catastrofismo climático a la multiplicación de géneros como constructos culturales. Pasando por la hilarante victimización identitaria de una multimillonaria por compartir sexo (y género) con la mitad de la población. Si las doctrinas y las prácticas incompatibles con la democracia liberal han sido bienvenidas, no es de extrañar que, pensamiento dicotómico mediante, señalen como gran peligro a un partido que aspira a cambiar las leyes desde las leyes.

Sobran comentarios…

Amigos gracias a la red…

Se habla mucho de de las redes sociales y no siempre para bien. Es cierto que mal utilizadas, como hacemos muchos de sus usuarios, nos pueden crear muchos problemas de dependencia, de egos, de ensimismamiento, de soberbia, de perdida del tiempo… Esto es lo peor de todo, desperdiciar de forma tan inútil nuestro valiosísimo tiempo.

Actualmente hay en España 40,7 millones de usuarios de redes sociales, 3,3 millones más que el año anterior, lo que equivale al 87,1% de la población española, según datos del informe anual ‘Digital 2022’ elaborado conjuntamente por la plataforma de gestión de redes sociales Hootsuite y la agencia creativa We Are Social. Asimismo, el informe destaca que los españoles dedican una media de 1 hora y 53 minutos al día a estas plataformas, siendo las más utilizadas WhatsApp (91%), Facebook (73,3%) e Instagram (71,7%).

El informe ‘Digital 2022’ también recoge que casi 44 millones de personas en España ya son usuarias de internet y pasan más de 6 horas al día conectadas en la red. Buscar información (75%), mantenerse informado sobre noticias y eventos (64,6%) y buscar tutoriales (63,4%) son los principales motivos de los usuarios para conectarse. Y por otro lado, destaca también que casi un 91% de usuarios españoles consume mensualmente contenido de televisión por streaming, y dedica una media de 1 hora y 15 minutos diarios a ver este tipo de contenido.

Como se puede apreciar la dependencia de la «pantalla» es parte de nuestra vida. Una parte muy significativa, que en la mayoría de los casos lo único que hace es disminuir nuestra capacidad intelectual y arruinar nuestro cerebro. Todo en la vida tiene su dosis. Tomarse una copa de vino a diario es bueno, tomarse dos botellas es malo. Pues exactamente lo mismo pasa con las «pantallas», un ratito está bien, tanta horas como indica el informe «Digital 2022» es un «vicio» que se convierte en una peligrosa adicción.

Veamos el lado bueno, que lo hay. Hay personas que han conocido amigos, incluso pareja a través de la «pantalla» y esto es muy sano. Yo mismo tengo un ejemplo. Hace unos años me escribía una persona en Facebook y yo no le hacia mucho caso hasta que un día decidí contestarle y conocerle. Me sorprendió, era una persona estupenda que estaba deseando entablar amistad conmigo. Vive en Valencia y yo en Madrid, pero la distancia no ha sido un obstáculo para darnos a conocer. Al principio solo era un conocimiento telemático, hasta que un día aprovechando un viaje mío a Valencia pude conocer a Rubén Quilez en persona. Almorzamos juntos en medio de la «mascletá«, ya que estábamos en plenas Fallas. Fue un encuentro estupendo, donde pudimos hablar de muchas cosas. Rubén es un joven, como tantos hoy en España, con trabajos temporales y precarios, pero que no le falta la ilusión y las ganas de labrarse un futuro que le permita casarse con su novia y formar una familia. En fin, te cuento esto como un ejemplo de que hay personas muy buenas por el mundo deseando conocer a otras que les permita establecer una amistad verdadera y sincera y a veces las «redes sociales» te lo facilitan.

Si quieres conocer mejor a Rubén, te invito a ver este video que hicimos en mi visita a Valencia el pasado nueve de marzo de dos mil veintidós.