Los siete Golpes de Estado a la Democracia Española

El pasado día 15 de diciembre de 2022 fue un día muy triste para la frágil democracia española. A primera hora de la mañana el departamento de comunicación de La Moncloa repartía el mensaje que deberían transmitir todos los miembros del Gobierno Frankenstein y sus socios aliados (etarras, golpistas, sediciosos, violadores, malversadores y comunistas) en la Cámara Baja para argumentar y defender la traición que se iba a cometer. Se iba a producir algo muy grave: el asalto al poder judicial, la liberación de los delincuentes sediciosos y las rebajas a las cantidades malversadas por los golpistas que ahora deberán ser costeadas por todos los ciudadanos.

Ante la insólita sesión parlamentaria, aprovecho para recordarte los siete «GOLPES DE ESTADO» que se han perpetrado en el periodo que va desde la democracia parlamentaria a la dictadura sanchista. Lo haré de forma muy resumida para no cansarte y además te animo a que visites la variada y abundante hemeroteca que existe al respecto.

Primer Golpe de Estado. El 23 de febrero de 1981, el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero Molina asalta el Congreso de los Diputados a golpe de pistola. Es interesante recordar que las dos únicas personas que se resistieron al ataque fueron Adolfo Suarez y Manuel Gutiérrez Mellado, en ese momento Capitán General del Ejercito Español. El resto de los miembros de la Cámara demostraron su alto nivel de cobardía. Fue el primer golpe que ponía en peligro nuestra recién estrenada democracia. No seria el último…

Segundo Golpe de Estado. El 11 de marzo de 2004, se produce uno de los mayores actos terroristas llevados a cabo en nuestro país. La estación de Atocha y otras estaciones ferroviarias más, son testigos de escenas escalofriantes con cientos de muertos y gran número de heridos. Curiosamente se iban a celebrar unas elecciones generales el 14 de marzo y las encuestas pronosticaban una rotunda mayoría a favor del candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy. Esa noche, tras el brutal atentado, Alfredo Pérez Rubalcaba organiza y dirige el asedio a todas las sedes del Partido Popular. El resultado fue la imprevista victoria electoral de José Luis Rodríguez Zapatero. Un auténtico golpe. A día de hoy se desconoce con rigor quien y porque se organizó esa batalla.

Tercer Golpe de Estado. El 1 de octubre de 2017, los independentistas y secesionistas de Cataluña dan un Golpe de Estado convocando un referéndum de autodeterminación, lo que provocó auténticas batallas campales y escenas dignas de una contienda bélica . Los lideres son detenidos, aunque el cabecilla del alzamiento, Carles Puigdemont Casamajó , en una actitud de profunda cobardía y desatada chulería se fuga de España para no ser detenido y juzgado. La actitud del Partido Popular, gobernante en ese momento, fue declarar de forma «light» (como suele hacer habitualmente) la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española que también apoyó el Partido Socialista.

Cuarto Golpe de Estado. El 1 de junio de 2018. El jefe de la oposición, Pedro Sánchez Castejón, aprovechando una sentencia de primera instancia que culpa al partido Popular de «corrupción», presenta una moción de censura apoyado por todos los que luego van a ser sus socios y cómplices de múltiples traiciones. Es importante puntualizar que esa famosa sentencia de «corrupción» fue posteriormente revocada por el Tribunal Supremo. Además, es curioso que el Partido Socialista se apoyara en esa circunstancia cuando resulta ser el partido más corrupto de la política española. Ese día comenzó el gobierno Frankenstein. También es sano recordar que Mariano Rajoy, con su acostumbrada «moderación» nos dejó tirados a todos los españoles.

Quinto Golpe de Estado. El 21 de junio de 2021. El gobierno Frankenstein, pasándose por el arco de triunfo la sentencia del Tribunal Supremo, indulta a los golpistas que asaltaron las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas. Tan solo transcurrieron 1.328 días en prisión para que estos lideres independentistas y secesionistas quedaran en libertad. Delincuentes que al abandonar la cárcel lo primero que hicieron fue proclamar en público y con voz muy alta que lo volverían a hacer. Todos recordamos con pavor las trágicas imágenes de las noches de Barcelona asaltada por salvajes agitadores profesionales.

Sexto Golpe de Estado. El 29 de junio de 2021. El gobierno social comunista dirigido por Pedro Sánchez traspasa a la Comunidad Autónoma de las Vascongadas las funciones y servicios de la Administración del Estado sobre ejecución de la legislación del Estado en materia penitenciaria. Ese día empezaron a reunificarse los sanguinarios etarras en las cárceles vascas. Dieron rienda suelta a los asesinos encarcelados, dejando a muchos de ellos en libertad. Les esperaban sus socios cómplices para homenajearlos con todos los honores y lo que es más grave con el beneplácito del Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Atrás quedaron los terribles y cobardes asesinatos de tanta gente sencilla, pacifica e inocente.

Séptimo Golpe de Estado. El 15 de diciembre de 2022. El cobarde presidente del gobierno español, se va de viaje a Bruselas para que sus palmeros presenten, defiendan y voten en el Congreso de los Diputados las leyes que eliminan el delito de sedición, rebajan las penas en la malversación y asaltan el Tribunal Constitucional. Es un golpe mortal a la separación de poderes, dejando en manos del presidente el mando supremo de la nación al más puro estilo cubano, venezolano, colombiano… De todos los golpes de estado este es el más grave, porque bajo la apariencia de democrático es el más dictatorial de todos. Hitler se hizo con el poder de forma democrática. Los socialistas y resto de socios del gobierno no escamotearon insultos al alto Tribunal Español. ¡Algo inédito!

Como se puede ver con toda claridad, se pueden dar golpes de estado con la pistola en la mano, pero también se pueden dar sin pistola, con tan solo utilizar procedimientos aparentemente democráticos, cuando en realidad lo que hay es una dictadura. Y así estamos… ¿Y ahora qué?…

La verdadera memoria histórica

Tiempos de memorias falsas, trucadas, sectarias, mentirosas… Es parte de la realidad de nuestro tiempo. Un tiempo que intenta cambiar los hechos para mostrarnos una historia que no refleja la verdad de los acontecimientos. Es la hora de la «cultura de la cancelación«, esa mal llamada cultura que pretende dejar cerrados muchos debates al haber declarado derechos lo que tan solo hace unos años eran delitos. Esos debates hay que volverlos a reabrir, no por revancha ni por venganza sino porque hay que ser honestos y contar unos sucesos, tal y como ocurrieron y que son parte imborrable de nuestro pasado.

Hoy, por ejemplo, se ignora intencionadamente la realidad de lo ocurrido en los últimos cuarenta años en las Vascongadas. A la juventud le hablas de la banda asesina y terrorista de ETA y no sabe de lo que estás hablando. Les preguntas por Miguel Ángel Blanco y te dicen que fue un futbolista o lo que aun es peor, no han oído hablar de él. Una banda que sin ningún tipo de escrúpulo cosecha un historial sanguinario, macabro, siniestro, tétrico, habiendo dejado cerca de un millar de asesinatos. Crímenes cometidos con la máxima cobardía, la mayoría de ellos a traición y a bocajarro. Muertes de niños, de mujeres, de políticos, de magistrados, de personas inocentes, de miembros de las fuerzas de seguridad del estado.

Acabo de terminar el libro «Bajo lluvia de plomo» de Francisco Javier Pagola. Apasionante y triste al mismo tiempo. Su autor, un joven periodista de ABC destinado como corresponsal en las Vascongadas durante los años mas duros de la bestial y criminal historia de unos descerebrados que crearon el terror, el miedo y la indefensión de una población que lo único que quería era vivir en paz, nos narra con todo detalle hechos que ponen la carne de gallina…

Todo comienza en verano de 1979, frente a un edificio habitado por mandos militares que cada día han de transitar por el corredor de la muerte; ese corto trayecto que discurre entre el portal y el vehículo oficial. El libro pretende transmitir, en presente y en primera persona, el horror y el dolor después de un atentado. En segundos, un espacio de paz se transforma en un escenario de guerra; la emoción que inspira una madre que se refugia en un monólogo eterno para suplir el vacío que deja su hijo ausente; el miedo de muchos, que prefirieron cerrar las puertas y ventanas de sus casas para no ver el cuerpo del vecino tendido en medio de un charco de sangre —mejor enterarse después por televisión, así el suceso parece algo más lejano—; la soledad de no pocos que soportaron la lluvia de plomo mientras muchos permanecieron con los brazos cruzados a la espera de que amainara; la colaboración activa con el terrorismo de una legión de vascos: «ETA, más metralletas, ETA, pim, pam, pum…» y la complicidad pasiva de demasiados. Solo en ese contexto de miedos y complicidades puede ocurrir que unos pistoleros fusilen a un joven guardia civil y a su novia en la Noche de Reyes y que los vascos amanezcan gozosos recogiendo sus regalos.

Lo acontecido en esa etapa hay que contarlo a los jovenes para que sepan de verdad lo que ocurrió en un territorio del estado español, extendido luego a diferentes lugares de nuestra geografía. Seguramente uno de los actos mas viles, cobardes y repugnantes sucedió el 19 de junio de 1987 en Barcelona donde la banda terrorista ETA colocó un potente explosivo en un centro comercial de Hipercor. Fue uno de los mayores atentados de la nauseabunda banda terrorista causando la muerte de 21 personas y heridas a otras 45. ​

Ahora para desfigurar los hechos se escribe un relato falso y nuestro gobierno, con su presidente a la cabeza, nos engaña diciendo que ETA ya no existe. ¡Mentira! ETA sigue existiendo. Homenajea a sanguinarios asesinos por las calles. Ataca a los que no piensan como ellos. Hacen manifestaciones que son auténticas declaraciones de guerra. El etarra Arnaldo Otegui se ha convertido en un socio prioritario del gobierno, lo que está permitiendo poner en la calle a muchos asesinos que estaban cumpliendo sus penas carcelarias.

La verdadera historia de hoy es que Pedro Sanchez está cambiando presos por votos para poderse mantener en el poder hasta las próximas elecciones. Esto, no solo es un insulto a la historia, sino que es una traición a los ciudadanos españoles.

La carta que publico en este post se ve con nitidez cual era el procedimiento que seguía esa asquerosa banda terrorista.

Meritxell pide orden en la sala…

La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet Lamaña, ha suplicado a sus señorías, que guarden las formas, modales, expresiones, soeces y demás lindeces… para salvaguardar el orden, la educación y el honor que merece la Cámara Baja. Lo ha pedido con esa cara seria que siempre tiene Meritxell, que parece que sufre dolor de muelas crónico. ¡Qué mujer más desaboría! que diría un andaluz. 

Pero lo primero que debería hacer esta catalana de pro es poner en orden a su partido que son los más vociferantes, mal educados, irrespetuosos y pendencieros. Si, así son. Patalean, golpean el pupitre, se mofan de los demás, chillan, pero sobre todo faltan al respeto a los que no piensan como ellos. Solo ejecutan ordenes recibidas de su coordinador de acción política, que debió ser de pequeño el gamberro de la clase.

Pero lamentablemente, lo peor no lo hacen ellos. Ellos son solo los “palmeros” de la legislatura. Lo peor viene de la bancada (plataforma firme sobre la que se coloca una o varias máquinas para trabajar en ellas o también grupo de legisladores de un mismo partido político, RAE) azul, esa que ocupan, nada más ni nada menos, que veintidós personajes de la más variada tipología. Personajes elegidos no para gobernar si no para asumir los palos que debería llevarse su jefe por cada mentira que dice. 

Esos sillones azules, acogen en la primera fila, a la izquierda según se mira desde la tribuna de oradores, al presidente de los socialistas, comunistas, separatistas y etarras… porque al resto de los españoles ni nos representa ni queremos que lo haga. Un tipo de la calaña de Pedro Sánchez solo puede representar a personas sin ética, sin principios, sin valores, sin perspectiva de bien común.  

El presidente de este gobierno Frankenstein, es el que genera más odio, más violencia política (como ellos mismos llaman a la libertad de expresión), mas crispación, mas vocerío, mas división, menos dialogo… Solo con verle sentado en su sillón azul, uno ya puede imaginarse que clase de político desgobierna España. Imagen despectiva, creído, soberbio, egocéntrico, poseedor de la verdad, con risa cínica… Su vestimenta es de «pasarela» hortera.

En este Parlamento tiene que haber desorden a la fuerza, porque las provocaciones vienen siempre de la mano de la máxima autoridad de la Nación. Pedro Sánchez, a parte de un traidor, es un provocador y está rodeado de provocadores y ese es el problema de la crispación actual. Cada día de sesión plenaria, una traición a España. Las mas recientes, que no las últimas, burlar a todos los órganos de control para eliminar el delito de sedición que deja abiertas las puertas a un referéndum unilateral sin intervención del pueblo español. Otra, la no rectificación de la mal llamada “Ley Sisi”, por pura soberbia, por aguantar unos meses de prorroga en la poltrona. La más inquietamente, el asalto a la justicia apoderándose del Tribunal Constitucional… Son tantas atrocidades que no se pueden detallar en un “post”, porque se convertiría en una novela policiaca. 

Tenemos un presidente cuyo mayor logro no ha sido el bienestar de los ciudadanos, sino el haber desenterrado a Franco, según el declaró recientemente.  «Yo pasaré a la historia por…» Sánchez se ha unido a esa nueva clase de dictadores «de última generación» que su único deseo es la permanencia en el poder para cambiar determinados aspectos de la sociedad que le permitan manejar el mundo a su antojo y vivir ellos cada vez mejor. Sánchez está instaurando la dictadura del siglo XXI ¿No te mosquean tantos viajes del ilustre Zapatero a Venezuela y otras dictaduras iberoamericanas? Todo para importar el «know how» que le permita asesorar con rapidez al aprendiz de brujo, al doctor «cum fraude».