Seguramente estarás trabajando o realizando cualquier otra actividad no laboral con un grupo de personas en tu dia a dia. Pero ya sabes que un grupo no es un equipo. Un equipo es mucho más. Un grupo es un conjunto de personas que trabajan o se divierten, pero sin un objetivo que les una. Por el contrario un equipo es lo mismo, pero lo hacen con un objetivo común. En fin, son unas diferencias de perogrullo, pero que sin duda marcan la diferencia.
Por mi larga experiencia profesional en la que he formado parte de diferentes equipos (profesionales, deportivos, culturales…), puedo destacar algunas de las características que con el transcurso de los años he ido descubriendo. Son «topics» propios y no sacados de ningún libro de autoayuda, aunque sin duda muchos de ellos coincidirán con lo tratado en ese tipo de literatura. Veamos:
Conocimiento. Conocer con detalle a cada una de las personas que van a trabajar contigo te hara todo mas facil. Su familia, su formación, su experiencia, sus aficiones, sus aspiraciones. Saber «el por qué» y «para qué» forman parte del equipo. Con el tiempo se van descubriendo cosas nuevas: la personalidad, el carácter, las manías, la participación, los puntos fuertes, los puntos mejorables… Conocer a los demás ayuda a conocerte a ti mismo y facilita mucho la capacidad de relación.
Compromiso. Esta es una palabra con bastante desgaste, pero que tiene mucha enjundia. Cuando empiezas a trabajar con más gente, es necesario aceptar las reglas del juego. Saber que lo que decide el equipo se convierte en norma de obligado cumplimiento. Sin duda debes ser parte activa en el logro de los objetivos sin regatear esfuerzo. El compromiso exige como contrapartida la confianza. Lo verdaderamente importante es dar más de lo que se te exige.

Confianza. Ya cité esta palabra en el punto anterior y la recalco ahora ya que sin confianza el equipo se convertirá en un gallinero y entonces sólo brillarán los egos, las disputas, las quejas, las justificaciones, la falta de respeto… Si no estás dispuesto a entregarte sin tapujos y sin medias tintas, es mejor que abandones la tarea. Sin confianza no habrá armonía, solo apariencias de trabajo, pero sin resultados visibles.
Compañerismo. Está muy ligado a la confianza, pero va más allá. Si ves algo «raro» en algunos de tus compañeros, lo adecuado y elegante es que hables con el o ella a solas. Es imposible crear un buen ambiente de trabajo, algo absolutamente imprescindible en un equipo, si estás en el «aquí te pillé» y voy a por ti. ¡Inaceptable!, pero real como la vida misma. Compartir, divertirse, celebrar, trabajar, confiar… son palabras que dignifican a las personas que trabajan juntas. Corregir es aceptable. Condenar no es aceptable. Acusar es una traición.
Respeto. En casi todos los equipos hay expertos en diferentes materias y es muy recomendable escucharles con atención. No se puede saber de todo. Respeta para escuchar, aprender y avanzar. Ten en cuenta que la aportación de una persona que domina un tema es un auténtico regalo para el resto de los miembros del equipo y hay que saber aprovecharlo bien.
Actitud. Tu forma de comportarte y de participar puede ayudar o entorpecer el trabajo de los demás. En los equipos no hay enemigos, hay personas con diferentes puntos de vista. La queja no debe tener cabida en la labor del día a día. Aceptar los propios errores es una muestra de madurez personal y potencia la actuación del resto, que te verán como un ser humano y no como un «superstar». Procura siempre tener una actitud positiva, lo del «vaso medio lleno»… No critiques, no condenes ni te quejes.
Preparación. Para formar parte de un equipo que pretende ser productivo, innovador, rompedor es necesario que te prepares. Hay que leer, estudiar, investigar, formarse. Tu conocimiento tiene que ser compartido con los demás. No debes ni puedes guardarte cartas para ser tu el mas «guay». Esto es como un juego de pin pon, yo te doy tu me das… Así todos mejoraremos… El que da, recibe más…
Humildad. No te creas imprescindible, ni que los «galones» se te suban a la cabeza. Actúa como si fueras un aprendiz. No tienes que salirte siempre con la tuya. Evita citarte a ti mismo como ejemplo. Ten en cuenta que los demás te están aportando más de lo que tu crees. El orgullo es muy peligroso y es un veneno que todos llevamos dentro. ¡Ojo con el! No hagas las cosas para que te feliciten, hazlo por que es tu obligación.
Pertenencia. Sentirse parte del equipo es condición indispensable para que todo funcione. Si te consideras o te ves como un extraño, necesitas hablar con el resto de compañeros para analizar qué está pasando. O cambias tu o cambia el equipo, pero no es viable una situación en la que un miembro se siente desplazado. Para involucrarse hay que sentirse parte del todo, sino es mejor abandonar…
Espero que alguna de estas reflexiones te ayuden a mejorar y potenciar tu participación en tu equipo. ¡Suerte!
Me parece acertadisima descripción y muy estructuraday detallada.
Felicidades.
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Muchas gracias por este e documento que me ha parecido muy interesante y que reenvío a personas a las que les va a venir bien
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