Pedro Sánchez es una persona muy controvertida. Es un personaje básicamente mediocre, que tiene un narcisismo extremo, anómalo y excesivo y una ambición de poder enfermiza. Su perfil psicológico es muy extraño y complicado. Su familia, con ideales muy progresistas, tuvieron una gran influencia en su educación y personalidad. Sus profesores y compañeros le recuerdan como un chico tímido, que sacaba unas notas muy normalitas sin ninguna brillantez. Aunque de mayor defiende la educación publica, la EGB la hizo en el colegio privado Santa Cristina, en Chamartín, un centro religioso y de élite madrileña, y posteriormente el Bachillerato en el Instituto Ramiro de Maeztu, también muy prestigioso.
Ha desempeñado diferentes cargos políticos como Concejal del Ayuntamiento de Madrid (entró de rebote). Consejero de la Asamblea General de Caja Madrid entre 2004 y 2009, etapa muy conflictiva y con muchas nebulosas. Diputado del Congreso. Secretario general del PSOE y hasta la fecha Presidente de un Gobierno de Progreso. Según confesó el propio Sánchez, cuando era concejal en el Ayuntamiento de Madrid «copiaba literalmente» las ideas de otras personas, en particular, de alcaldes de su propio partido en otros municipios.
Le casó Trinidad Jimenez en el Hipódromo de la Zarzuela con Begoña Gomez, hija de Sabiniano Gómez Serrano, empresario dedicado a la explotación de saunas gay y prostíbulos, actividad que le dio mucho dinero. Begoña durante unos años fue la encargada de llevar las cuentas del negocio de su padre.
Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y Doctor de una tesis «plagiada» de Economía y Empresa. El diario ABC destapó el «plagio» de la tesis y Sánchez manifestó su deseo de querellarse contra el periódico, cosa que nunca se ha llevado a cabo. ¿Por qué? Pues eso…

Según cuentan algunos miembros de su partido, manipuló algunas papeletas en las urnas preparadas para elegir al Secretario General del Partido. Hay algunas fotografías y videos que dan fe de esta anomalía antidemocrática.
Es el único Presidente de Gobierno Español que ha estado en el paro y que no ha ganado nunca unas elecciones. Se mantiene en el poder gracias a una Ley Electoral que ningún partido se ha atrevido a cambiar. Aznar y Rajoy tuvieron mayorías absolutas y pasaron olímpicamente del tema. Gracias a esta ley, los partidos que marcan la política española son curiosamente los partidos que odian a España.
Alcanzó la Presidencia del Gobierno, después de que Santos Cerdán y Koldo le llevaran al País Vasco a entrevistarse en «secreto» con el sanguinario Arnaldo Otegui, para negociar presos por escaños. Además presentó la moción de censura acusando al partido de la oposición de corrupción, cuando ahora se ha demostrado que su partido es y ha sido el más corrupto de la transición.
Su máxima de gobierno ha sido siempre la mentira. Cínicamente ha dicho que el no miente, que lo que hace es cambiar de opinión. A través de su cinismo en las campañas electorales, decía una cosa y luego hacia la contraria, lo que le convierte en un estafador político.

Llegó a recluirse en su Palacio cinco días para preparar la defensa de su mujer, que ha sido sorprendida como presunta delincuente, estando en la actualidad imputada por cuatro delitos. Aprovechó también la ocasión para recoger como invitado permanente en el palacio a su hermano David que también se encuentra imputado.
Su icono político es el feminismo y ahora está rodeado de acosadores sexuales. Ábalos, Tito Berni, Koldo, Paco Salazar, Antonio Navarro, Abraham Moreno, Chema Dávila, Alejandro Díaz, Antonio Hernández y sus socios de gobierno de progreso Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero: toda una banda de feministas. Según declaraciones de Ábalos a OK Diario, Pedro Sánchez también ha tenido más de un desliz machista.
Un amigo con el que estuve hace unos días, me comentó que había estado en una reunión en la que coincidió con Pedro Sánchez y que al mirarle fijamente a los ojos vio que sus mirada reflejaba algo muy raro. Lo más parecido a unos ojos diabólicos.

En fin, tenemos un Presidente del Gobierno que es un oportunista, sin apenas ideología ni escrúpulos, que llegó al poder y se ha mantenido en el mismo rindiéndose al nacionalismo vasco y catalán. Su manual político, por tanto, se ha escrito siempre desde Vitoria y Barcelona. En definitiva, un Presidente de Gobierno que se encuentra más cómodo con los que odian a España que con los que ansían la unidad nacional. Su único mensaje es «que viene la ultraderecha» para acabar con la alternancia democrática. Hemos llegado a un punto de absurdo, con tintes totalitarios.









