¿Sabes a quien me estoy refiriendo? No tiene duda. El juez que dejó de creer en la justicia se llama Fernando Grande-Marlaska Gómez. Un personaje siniestro que desde el momento en que dijo si a Sánchez para formar parte de su gobierno, dejó atrás su toga de juez para convertirse en uno de los miembros del gabinete social comunista más sectario, radical y mentiroso que hayamos podido ver en los últimos cincuenta años, después del nefasto José Luis Rodríguez Zapatero y del psicópata Pedro Sánchez. Y lo que es más grave, ha dejado no solo de creer en la justicia, sino de ir contra ella. Ejemplos hay unos cuantos, pero uno de los más sonoros fue permitir que en su gobierno, siendo juez, se aprobara un estado de alarma que ha sido declarado ilegal por el Tribunal Constitucional, gracias a la querella presentada por el partido al que odia profundamente, que se llama VOX.
Hay otros varapalos sufridos por el ministro, al que la Fiscal General del Estado llamó «maricón», como ha sido por ejemplo la expulsión de los jóvenes menores en Ceuta, que el juzgado de la mencionada ciudad dijo que no se ajustaban a la ley y no cumplían los procedimientos establecidos y, además, vulneraban los derechos de los niños. El informe de María Victoria Rodríguez Caro, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 2 de Ceuta, explicaba que no se había cumplido con los trámites establecidos por la Ley, y tampoco se había presentado información de los menores, además no se pidió audiencia al Fiscal y finalmente se provocaba indefensión a los chicos menores. Todo un récord para una persona que se dice ser juez.
La Audiencia Nacional retiró las medallas que concedió a tres comisarios incumpliendo la Ley sobre condecoraciones policiales. Haciendo gala, una vez más, de su sectarismo y su falta de valores morales y democráticos concedió estas condecoraciones a sus «enchufados», sin tener en cuenta que como juez debería conocer la ley antes de incumplirla. La sentencia declaraba: «el acto administrativo no resultante motivado, no solo por la ausencia de fundamentación explícita del mismo, sino también porque el conjunto de documentos y elementos probatorios que en el expediente constan y deben de dotar de sentido a la resolución administrativa, omiten toda referencia a las razones concretas e individualizadas que acreditarán que los premiados reúnen los méritos que la Ley exige para que puedan ser objeto de recompensa»
Otra sentencia, esta de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) exigió que se motivara la destitución del inspector jefe de la Policía Nacional, Bonifacio Díez Sevillano como agregado de Interior en la Embajada española en México. El Ministerio del Interior, y más concretamente la Dirección General de la Policía, se puso a trabajar para subsanar esta circunstancia, tal como le exigía la sentencia. Pero esta decisión del Ministro deja patente su grado de compromiso con la ley.
Tampoco podemos olvidar como en el primer estado ilegal y anticonstitucional de alarma, dio orden a la guardia civil y a la policía nacional de perseguir a todos los que dieran opiniones contrarias a lo que estaba haciendo el gobierno. Esto en una democracia parece de ciencia ficción, pero con el Sanchismo todo es posible. Y eso siendo juez, imagínate sino lo fuera…
Lo de la falsa denuncia en el barrio de Malasaña del sujeto que se hizo marcar un tatuaje en determinada parte de cuerpo, fue aprovechada por el «Juez que dejo de creer en la Justicia» para atacar al partido que más le quita el sueño, echando posteriormente la culpa a la policía, para así deshacerse del problema. En este gobierno la asunción de culpabilidad no entra en su decálogo de actuación. Lo mismo hizo con los nazis que se pasearon por el mismo barrio manifestándose (con el consentimiento del gobierno) contra los LGTBIQ, para desviar la atención de la concentración que se estaba celebrando en Mondragón en contra del sanguinario Henri Parot.
El siniestro personaje tardó semanas en dar la orden de detención de los trabajadores de Podemos que formaban parte de la escolta personal de Pablo Iglesias, Alberto R. R. y Daniel J. J. que agredieron a la policía en el acto celebrado por VOX en Vallecas, y tiraron todo tipo de objetos pesados sobre los políticos que pretendían dar un mitin autorizado, sin que la policía hiciera nada por impedirlo.
Y ya por terminar, recordar todo lo que hizo contra el partido de Ciudadanos cuando fueron abucheados y empujados en la famosa manifestación feminista.
El perfil de este personaje es el menos indicado para dirigir el Ministerio del Interior. Trabaja y se guía por sus instintos y no por la cabeza. El, que fue un gran juez se ha convertido en el anti juez. Una pena. Pero es lo que busca el Sanchismo, gente sin escrúpulos, sin valores, sin dignidad… Gente que sea capaz de renunciar a sí mismo.
P.D Otra vez y gracias al equipo jurídico de VOX, el cierre del Congreso de los Diputados durante la pandemia del Covid-19 ha sido declarado inconstitucional por el Tribunal Constitucional.